Desde el 18 al 21 de Noviembre se realizó en San Francisco, EE.UU. la XIV Reunión Mundial de Grandes Logias Regulares donde la Gran Logia del Perú participó como la única potencia masónica regular reconocida.  Más de 1.000 grandes oficiales de cerca de 100 Grandes Logias acudieron a este encuentro global dedicado a La Cadena de Unión: el fortalecimiento de los lazos fraternos en un mundo cambiante.

El Gran Maestro de la Masoneria peruana, el Muy Respetable Hermano Galo Jesús Moncada Mau, acudió a la moderna “California Masonic Memorial”, sede central de los 60.000 miembros y 340 logias de la Gran Logia de California, para participar en este encuentro que se celebra cada 18 meses.

Fundada en 1995, la Conferencia Mundial está abierta a la participación de todas las Grandes Logias y Grandes Orientes regulares que cuenten con un mínimo de 50 reconocimientos de otras Grandes Logias del mundo. Su Comité Ejecutivo está formado por representantes de las Grandes Logias de todos los continentes. El Gran Maestro de la Gran Logia del Perú representó a nuestro pais, como la única Gran Logia regular y reconocida mundialmente.

La Conferencia Mundial exploró la riqueza de nuestras diferencias y aquello que nos mantiene unidos. Estamos comenzando un diálogo que puede continuar y crecer. ¿Qué impacto tiene la propia Conferencia Mundial en la fraternidad global? ¿Qué hemos aprendido? ¿Cuál puede ser el papel de la Conferencia en los próximos 25 años?

La Conferencia abordó en su primera jornada el debate entre calidad y cantidad de cara a las normas de membresía en las Logias del siglo XXI: mientras algunas Logias se esfuerzan por tener registros con cientos de nombres, otras recomiendan hacer un corte en el medio centenar; algunas logias confieren los tres grados en menos tiempo que otras... ¿Estas diferencias suponen una elección entre calidad y cantidad? ¿Cómo argumentar cada una de éstas posturas? El equilibrio entre ser selectivos sin ser elitistas e integradores sin debilitar fue uno de los puntos que suscitó más interés.

El segundo día se profundizó en El Legado de la Libertad. Desde George Washington y el Marqués de Lafayette, donde los masones hemos jugado un papel importante en la formación de las ideas acerca de la libertad. Al inspirar a un hombre a mejorarse a sí mismo y a mejorar el mundo que lo rodea, la Masonería lo posiciona para ser un defensor de la libertad, tanto dentro de su hogar como en una escala mayor. Este legado tiene razón de ser en nuestros tiempos modernos donde el concepto de libertad puede ser cuestionado en cualquier lugar del mundo.

Intenso fue el debate sobre Tolerancia en la Masonería Contemporánea. La vigencia de nuestros valores en el mundo actual, la evolución del progreso moral y los desafíos existentes se analizaron con suma atención, asi también lo fue, sobre Tecnología y Fraternidad, dónde se cuestionó el papel que juega en la Masonería del siglo XXI la comunicación, las redes sociales, las nuevas aplicaciones, lo audiovisual y el intercambio de información y conocimiento.

El último día de trabajo, se trató el tema que afecta más directamente al corazón de la Fraternidad: la Beneficiencia Universal. Algunas organizaciones masónicas extienden su esfuerzo aportando millones a favor de su comunidad en forma de actuaciones médicas, sociales o culturales, una labor compartida con multitud de asociaciones y organismos que trabajan en este campo. El deber moral exige mantener ese compromiso constantemente, manteniendo nuestra obligación con nuestros Hermanos y viudas. El cierre de la Conferencia Mundial abordó su propia naturaleza y función, así como la relación con los cuerpos colaterales.